Mi Van Gogh.




Eras como un cuadro de Van Gogh: tan bonito desde lejos pero tan caótico desde cerca. Pocas veces te dejabas ver al completo y si lo hacías era con miedo. Tus trazos tan perfectos y tus tonos tan obscenos. Eras apasionado y todo lo que hacías, lo hacías con ganas e ilusión. Sentías amor, amor por la vida, por las pequeñas cosas y amor por mí, aunque raramente me lo hacías ver. Eras reservado y solo los más expertos te podían entender. Eras tú, con tus cosas pero eras tú, alegre y despreocupado.

Eras como un cuadro de Van Gogh: tan raro como tú.

Comentarios